Detalle de los tres tipos de pabellones que se disponen a lo largo del camino: umbráculos totalmente permeables, pabellones abiertos que forman parte del entorno urbano y pabellones cerrados.

Después de un avance formal fallido, decido volver a los puntos que me interesaron desde el principio, que son la creación de un camino con varios hitos donde el pavimento juega un papel esencial, retrocediendo en el tiempo y elevándose para conformar estos espacios. (dentro de los estructuralmente viable). Este camino se sitúa en la entrada primitiva, mucho más interesante desde mi punto de vista que la actual y finaliza al llegar al muro. En un principio se complementaba con varios umbráculos en el interior de la villa que sirviesen de lugar de descanso pero una vez visitado el lugar me di cuenta que no es necesario, y sin embargo si que creo importante dar vida a los casi 500 metros de esta ruta.  Los hitos tienen diversas cualidades, unos sirven de cobijo y son tan sólo un lugar techado, otros están cerrados para albergar un uso expositivo, y otros se mueven entre ambos para usos funcionales como las taquillas.

Siguiendo con los inicios de mi propuesta donde, tras el estudio detallado mediante secciones encontré un desnivel donde ubicar el centro de visitantes, continuo con la experimentación con superficies traslucidas (maquetas automáticas), que provoquen zonas de descanso para el viandante.

       La irritabilidad como concepto destructivo convirtiéndose

    en los cimientos de la creación.