Avanzando con la propuesta, mi proyecto se basa en un pabellón-museo, en el cual lo más importante es la percepción de la Villa Adriana por los sentidos, disminuyendo la percepción visual y potenciando los otros cuatro.

En el pabellón se encuentran los elementos más significativos de la Villa Adriana, como lo es el agua, la vegetación, y el uso uniforme del ladrillo romano “opus reticulatum”.

A lo largo del recorrido del pabellón se juega con la amplitud de este y la variación de luz, potenciando distintas sensaciones según se recorre.                                                                                                 

Hoy en día, lo que más destacamos del turismo es aquello que vemos.

Propongo adecuar la villa para las necesidades de aquellas personas con minusvalías, centrándome especialmente en aquellos que tienen una falta de visión de gran importancia o ceguera, ya que lo que nosotros llamamos turismo ellos no pueden apreciarlo.

Por eso, en mi propuesta quiero centrarme en la textura de los materiales, para potenciar el tacto; el olor del entorno, para conducir intuitivamente a los turistas dentro de la posibilidad de poder elegir por donde moverse. Debido a que la mayoría de las personas con falta de visión pueden percibir la luminosidad, también propongo direccionar el movimiento mediante luces.

Desde la antigüedad imaginamos líneas que unen astros conformando elementos. ¿Por qué no imaginar los astros a partir de estas líneas?